lunes, 27 de diciembre de 2010

Para mandar a Ganímedes

Todos los años y en esta misma época, escribo un artículo en el que imito la sana costumbre que tienen los italianos de botar por la ventana todo lo que no les sirve el último día del año, para comenzar el año con la casa limpia. Pero aquí no ha sido suficiente botar por la ventana las cosas de las que quiero deshacerme, pues han vuelto a entrar a la casa de alguna manera. Por eso este año, en vez de botarlas por la ventana, las voy a mandar a Ganímedes. 

De manera que para Ganímedes se van: todos los dictadores, caudillos, autócratas, déspotas y tiranos y a todos sus cómplices, felicitadores, secuaces y colaboradores. Y sus focas también. 

Los legisladores que elaboran y aprueban leyes anticonstitucionales, que no solo cercenan derechos y libertades, sino que también van en contra de la voluntad de la mayoría expresada en elecciones populares. 

Para Ganímedes también van las leyes redactadas y aprobadas por ellos, y los sistemas "blindados" de cualquier atisbo de disidencia. 

Los jueces que en el estilo de los "juristas del horror" de la Alemania de Hitler, proveen el marco "legal" que sustenta lo que es insostenible en países civilizados. Los fiscales que echan mano de subterfugios ilegales de toda ilegalidad. Los contralores que son cómplices de marramuncias y sinvergüenzuras. Los sistemas electorales en los que la mayoría de votos eligen la minoría de representantes. 

Quiero que se vayan -si es posible aún más lejos de Ganímedes- los asesinos, sicarios y mafiosos. También los traficantes de niños, de drogas y de armas. La habladora de pistoladas, la incontinencia verbal, las cadenas presidenciales. Las mentiras, las manipulaciones, las hipocresías. 

Todos los que se han enriquecido robando, haciendo negocios sucios y lavando dinero. A los responsables de los containers podridos y a quienes no han hecho nada por averiguar y castigar. Quienes en vez de construir, destruyen. Quienes creen que la única manera de igualar es igualando para abajo. Quienes quieren imponernos un solo pensamiento, una sola doctrina, un solo líder. 

Si hay vida en Ganímedes pido perdón por anticipado. Estoy asumiendo que es un desierto más desierto que la Luna. Menos cerca para que les cueste volver. No tan lejos para que regresen cuando vayan a ser juzgados. 

1 comentario: