domingo, 15 de agosto de 2010

Otra torta más

Las palabras del Ministro del PP para la Educación Edgardo Ramírez, en la apertura de la  “I Jornada de Saberes del Presupuesto Público en el Sector Universitario” que se realizó la semana pasada, y las explicaciones ulteriores que dio a la prensa, me dejaron bien preocupada.

Dijo el ministro que debían “ponerse de acuerdo en lo que debe ser un modelo alternativo de presupuesto”, que estará concebido en función de la masificación de la educación. Yo creo en la masificación de la educación, siempre que vaya de mano de la calidad de educación. Pero no es un secreto para nadie que aquí en Venezuela el deterioro de la educación comenzó cuando se masificó sin tomar en cuenta la calidad.

Entonces, ¿puede ser el argumento de mayor peso el hecho de que la Universidad Bolivariana y la Unefa entre ambas tienen una matrícula de casi medio millón de estudiantes,  y por lo tanto necesitan más presupuesto?...

En este gobierno en particular se han dedicado al tema de la educación superior sin tomar en cuenta la exponencialmente creciente deserción escolar de la primaria, ni los bachilleres que se han graduado sin haber cursado matemáticas, o historia, o geografía, por ejemplo, porque no había profesor. Entonces, si se trata de hacer “justicia social” como dijo el ministro, tendrían que empezar por debajo. Porque lo que están haciendo es decorar una torta que no está hecha. Y están poniendo la torta. Otra torta más. Ya habrá quien diga que “qué es una raya más para un tigre”. Pero en educación, más que en ningún otro sector, cada raya cuenta, porque cada raya es una raya.

El ministro dijo que no reducirían el presupuesto, sino que  “lo adaptaremos a los procedimientos y manuales que establecen los parámetros a la hora de ejecutar el presupuesto universitario”. ¿Cómo va a adaptarlos sin reducir el presupuesto de las “otras”? Porque si hubiera dinero suficiente, este asunto ni lo hubieran planteado.

Para colmo de males, los presupuestos no los van a diseñar expertos, sino que serán fruto de la “participación protagónica”, esa donde ellos protagonizan y luego participan…

La educación es un tema demasiado importante, demasiado medular, demasiado serio para convertirlo en un instrumento de proselitismo político. Las tortas en educación andan por la calle y muchas ocupan cargos públicos, por desgracia. Y quien paga es el país…