domingo, 9 de mayo de 2010

La historia más increíble del Tío Pachito

Tío Pachito tuvo una vida maravillosa y llena de aventuras a pesar de que era quebradito – nos contaba Tía Natalia – Se le cayó de los brazos a su nana siendo apenas un bebé.

Él fue el primero de la familia en llegar al Mar Muerto, un nombre que a mis hermanos y a mí nos sonaba horrible. ¿Puede morirse un mar? Se muere la gente, se mueren los animales y las plantas…

Pero Tía Natalia no estaba interesada en entrar en disquisiciones sobre la muerte de ese mar, ni nada parecido. Tenía que aprovechar el interés de su pequeña audiencia para contar la historia más increíble de todas las historias de Tío Pachito:

- Tío Pachito descubrió que en el Mar Muerto hay sirenas: él las vio.

- ¡Sirenas! – suspiramos.

- Y no son bellas como la gente cree, son feas y malas.

¡Nosotros no queríamos que las sirenas fueran ni feas ni malas!

- Y hediondas… las sirenas huelen mal – aseguraba Tía Natalia con propiedad.

¿Qué clase de sirenas eran ésas?

- Ellas trataron de matar a Tío Pachito, porque no quieren que la gente se entere de que están en el Mar Muerto.

- ¿Y por qué no se esconden?

- Porque flotan, en el Mar Muerto todo flota. No se pueden esconder.

Desde ese día, las sirenas de Tío Pachito ocuparon un lugar importante en mis miedos nocturnos.

- ¡Las sirenas no existen! – en vano argumentaba mi mamá.

Hace un par de meses, recordé con afecto a Tía Natalia y sus historias del Tío Pachito, cuando -más de cien años después- me convertí en la segunda de la familia en llegar al Mar Muerto.