lunes, 8 de marzo de 2010

Vuelta a la prehistoria

Carolina Jaimes Branger // Vuelta a la prehistoria
08/03/10

"Lo peor es que con las "tesis" y procederes de Trucutú seguiremos en la prehistoria"
Cada vez con más frecuencia corroboro cuán ciertas son las palabras de mi amigo Ricardo Zuloaga: "aquí lo que tenemos es que copiarnos de quienes lo han hecho bien, pues cada vez que hemos inventado nos hemos fregado", en referencia al "o inventamos o erramos" de Simón Rodríguez. Por desgracia, aquí nos ha dado por seguir la conseja que no sirve, en vez de seguir las muchísimas que dio Don Simón y que, aplicadas sin complejos, nos hubieran catapultado al primer mundo.

Lo difícil es dejar el complejo de lado, sobre todo si se trata de copiar a un país desarrollado. Pareciera que no nos hemos dado cuenta de que los países que salen adelante es porque han aceptado colaboración y asesoría de quienes ya recorrieron un largo trecho de prueba y error.

En 1977 visité Egipto por primera vez. Encontré que Venezuela estaba mucho más adelantada. Hace tres semanas regresé y me quedé admirada de cuánto había progresado desde entonces, y de cómo prosigue su marcha hacia adelante. En Egipto más del 90% de su territorio es desierto, llueve cada 4 años y hay 80 millones de habitantes. Sin embargo, no falta ni la electricidad ni el agua. La represa de Aswan, construida por los soviéticos, garantiza agua y luz para todo el país y además exporta electricidad a Jordania, Arabia Saudita, al Líbano y pronto también a Irak.

Las autopistas son impresionantes. Las construcciones de nuevas vías se ven por todas partes. Las inversiones extranjeras recibidas con los brazos abiertos han dado trabajo a millones de egipcios, que hoy tienen un mejor nivel de vida.

Pero lo que más me llenó de admiración fue la seguridad. Egipto es uno de los países menos violentos del mundo, como una vez, hace tiempo, fue Venezuela. Los egipcios son amables y con un sentido religioso de la convivencia. Viven en paz ¡qué envidia!

En fin, mi viaje de regreso a Venezuela no sólo fue saltar el Mediterráneo y el Atlántico, sino un viaje a través del tiempo, de vuelta a la prehistoria& Lo que nos diferencia de aquellas épocas, básicamente, es tener agua corriente, fuerza eléctrica y leyes que reemplazan el garrote. Agua, luz y seguridad son nuestras primeras necesidades y no tenemos ni una sola de ellas. Y lo peor es que con las "tesis" y procederes de Trucutú seguiremos en la prehistoria.

carolinajaimesbranger@gmail.com