Como católica me he sentido profundamente abatida por los escándalos de pedofilia en el seno de la Iglesia Católica. La pedofilia es un crimen y quienes la practican deberían estar presos, no tapareados o enviados a otro lugar donde puedan volver a cometer sus aberrantes actos.
Por más que lo pienso no entiendo cómo miembros de la alta jerarquía eclesiástica no tomaron las decisiones que debían tomar en el momento en que debieron tomarlas. ¿No resulta obvio que había que detener a los pedófilos y entregarlos a la justicia? ¿Cuáles fueron los criterios que permitieron que esos abusos se siguieran cometiendo? Porque se siguieron cometiendo y en un número importante de casos los pervertidos eran los mismos. El Arzobispo de Boston, Bernard Cardenal Law, fue el primer alto jerarca forzado a renunciar luego de que el Boston Globe divulgó las denuncias de abusos de las que el cardenal había tenido conocimiento y optó por encubrir. Muchos sacerdotes católicos presionaron para que renunciara.
Tampoco encuentro explicación de por qué el Papa Benedicto XVI le dio tantas largas al asunto. No quiero pensar que también trató de esconderlo.
Y es que parece que hubiera dos iglesias. Una es la Iglesia Católica en la que creo, la de miles de religiosos buenos, nobles, comprometidos, generosos, que han dedicado sus vidas a ayudar a otros en nombre de Cristo y a llevar el mandamiento de amarse los unos a los otros hasta donde nunca antes ha llegado. La otra, la que ni siquiera quiero llamar “iglesia”, la de unos centenares de pervertidos, una minoría, ciertamente, pero que ha causado un daño exponencial.
Y estoy segura de que ese daño ha sido mayor por haber escondido los hechos… Hay más justos que pecadores en esta historia, pero esos justos están pagando por culpas que no son suyas. Deseable hubiera sido que la misma Iglesia hubiera investigado las denuncias, expuesto a los culpables y entregado a la justicia de cada país. El hábito definitivamente no hace al monje y la sotana no puede ser una patente de corso para delinquir.
Como católica exijo acciones concretas que detengan de una vez y para siempre estos horrores que nada tienen que ver con la doctrina, el mensaje de amor de Cristo y los miles de sacerdotes que sí han vivido de acuerdo a ellos.
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Distinguida Sra Jaimes Branger: Le sugiero contodo el respeto que Ud se merece, la lectura del artículo escrito por Rafael Arraiz Lucca en El Nacional sobre este tema.Es importante documentarse muy bien en la propia fuente en este caso lo que ha escrito y declarado el Papa Benedicto XVI antes de "pontificar" sobre la actitud del Papa.A mi entender, no entiendo esa actitud en Ud como opinadora responsable que de paso se declara publicamente católica.Atentamente, Edgardo Tenreiro Degwitz
ResponderBorrarDesgraciadamente la Iglesia Católica es una institución no democrática como lo es el Comunismo.
ResponderBorrarEspero que este terrible escándalo depure a la institución para que pueda ser lo que debe ser.
Sra. Branger ¿Qué le hace pensar que hay dos iglesias católicas? Esa institución criminal lamentablemente es una unidad, no se puede ser tan ingenuo como para pensar que la iglesia católica le pedirá perdon a la humanidad, sino lo hizo por los autos de fe que cometió, donde se torturó, se violó, se saqueó, se robó y se asesinó, ¿Qué le hace pensar que pedirá perdón por la Pedofilia? El profeta Jesús debe estar revolcándose en su tumba, al observar desde el más alla, como su mensaje de luz sirvió para retrogradar espiritualmente a la humanidad.
ResponderBorrarSuerte.
El problema es mucho mas complejo. el Papa y la alta Jerarquía no puede actuar en base a denuncias. Las denuncias activan un mecanismo de investigación, al igual que ne la justicia Civil. Por eso, aunque no nos guste estas cosas tardan en poder ser castigadas. No es un incubridor un investigador de policía que tiene convicción de que se ha cometido un delito y sin embargo busca primero las pruebas, pues bueno, igual pasa en la iglesia, una cosa es que existieran denuncias externas e internas y otra cosa es que inmediatamente pudieras decir tal o cual es pedófilo. Por eso, la investigación ha dado sus frutos y creeme en buena parte por acción de la misma Iglesia.
ResponderBorrarEntiendo su contradicción. Ella parte de la equivocada creencia que la religión puede ser la base de la moral. Los hechos que usted repudia son la prueba exacta de lo que acabo de decir.
ResponderBorrarEl problema cuando se ata nuestro comportamiento a dogmas que se inculcan como parte de un adoctrinamiento religioso, muy posiblemente desde una edad donde la razón no impera en nuestras mentes, es que al fallar el sistema de creencias este provoca un derrumbe en la moral.
Le pregunto: ¿algo es moral sólo por qué Dios lo dice?. Si esto fuese cierto, en principio, todo estaría permitido.
La moral cristiana es terriblemente restrictiva. Se basa en un sistema de castigos y recompensas que deshumaniza al individuo. Seis de los diez mandamiento comienzan la palabra “no”; prohíbe y castiga.
El otro tema envuelto en todo esto es el sexo. El actual papa, el señor Ratzinger, se ha mostrado obsesivo al respecto. Quien lea el actual Catecismo Católico, obra, por cierto, del propio Ratzinger, podrá darse cuenta como el sexo ha sido arrinconado por la Iglesia a tener tan sólo una función reproductora.
La primera encíclica del actual papa comienza hablando del sexo y ya son varias las polémicas declaraciones sobre este tema (homosexualidad, control de la natalidad, etc.) que provienen de un hombre que, por su condición, poca cosa sabe de esto.
Y hablando de Ratzinger, hay quienes lo quieren presentar como un hombre de carácter que está enfrentando este problema con valentía. Pues yo lo veo de otra forma. Él, cuando estaba a la cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe, hizo circular a toda la jerarquía de la Iglesia, de forma secreta (algo que le gusta mucho a monseñor), la epístola llamada Crimen Sollicitationis. Normas emitidas en el año 1962 por Juan XXIII y modificadas por el propio Ratzinger para el manejo de los casos de abusos a menores y otras faltas en el ámbito sexual (incluye hasta la zoofilia). Invoca el deber de guardar secreto en estos casos so pena de ser excomulgados y aclara que estos asuntos serán tratados según el Derecho Canónico donde se estable la prescripción de las faltas a los cincos años.
No sólo pretendieron ocultar los hechos, sino que hasta protegieron algunos de estos delicuentes. El Informe Ryan emitido por las autoridades judiciales de Irlanda revelan que más de 30.000 menores sufrieron todo tipos de abusos en instituciones católicas por lapsos que abarcan varias décadas. Similar comportamiento se ha empezado a develar en USA, Alemania, México y España.
No hay dos Iglesias como usted quiere disculpar estos actos. Es una sola y ella prodiga estos hechos.
Para comenzar, hago llegar un saludo muy cordial a doña Carolina. En vista de las acusaciones expresadas en relación a este álgido tema, conviene hacer la siguiente paráfrasis: “La Doctrina Católica es perfecta, mas nos hombres no lo son”. De hecho, esta Doctrina ha servido de soporte a una institución que prácticamente ha existido por dos milenios… a pesar de los cismas, guerras y afanes de poder. Ningún país, estado o entidad particular ha durado tanto. Me parece demasiado aventurado culpar dicha institución así “en bloque” en el caso que nos ocupa, a despecho de tener en su haber una buena cantidad de hechos que “no son precisamente santos”. Es importante recordar que los defectos de un sacerdote no implican necesariamente que todos los demás “en bloque” tengan los mismos. Muchas personas caen en el error de la generalización sin querer darse cuenta de que es muy amplio cualquier espectro de condiciones y más amplia aún es la cantidad de personas a incluir en él. Por si fuera poco, la Iglesia Católica no es la entidad monolítica que todos nosotros creemos; pues hay diversas orientaciones en su seno. Además es jerárquica y precisamente entre esa jerarquía se han “colado” personas no idóneas, cuyas acciones negativas hacen más ruido que la cantidad misma de sus perpetradores. Es igual en muchos planos del devenir vital, tanto sagrados como seculares. Posiblemente estos horribles hechos se hayan escondido en aras de la protección de la Iglesia, pero esta clase de acciones va precisamente en detrimento de ésta. El hombre de sotana es infalible cuando sigue la Doctrina, pero esta infalibilidad termina precisamente cuando comienza este hombre a imponer sus deseos particulares sobre ésta. Es un punto que puede olvidarse muy fácilmente, por lo que siempre debe existir gente pendiente de tales detalles. De hecho, los hay… Como colofón conviene recordar aquí aquella máxima del Cristo, que viene muy al caso al observar las amargas acusaciones que se han levantado a diestra y siniestra contra la Iglesia Católica sin que muchos de quienes las expresan se preocupen por investigar un poco más allá: “El que esté libre de pecado, lance la primera piedra.” Es importante observar un detalle importante a este respecto: Ni él mismo la lanzó…Pero esto no quita que mantengamos el ojo avizor ante situaciones como las denunciadas, pues ante ellas debemos actuar en defensa de esta institución que tanto queremos… sin necesidad de destruirla en el intento…
ResponderBorrarQue arrogancia tan grande es decir que la Doctrina de la Iglesia Católica es “perfecta”. Sin ningún vestigio de humildad se pretende hacernos creer que la obra de unos cuantos Seres Humanos tiene característica de perfección. Sólo el Dios prepotente y sanguinario del Antiguo Testamento se expresa con tan fiera arrogancia.
ResponderBorrarEs esta conducta de menosprecio hacia el resto de la humanidad lo que llevó a la Iglesia católica, y a su principal regente, a creer que podían estar por encima de las leyes. Ratzinger añora restituir el poder que alguna vez tuvo esta corporación. Lo presiento soñador de inquisiciones y atizador de hogueras.
Si despojamos a la Iglesia católica de sus absurdos ritos y decrépitos dogmas sólo queda un caparazón vacío sin sustancia alguna.
Pero bueno, vayamos a la sustancia del asunto; por segunda vez:
Del Catecismo de la Iglesia Católica…
Se puede equiparar al incesto los abusos sexuales perpetrados por adultos en niños o adolescentes confiados a su guarda. Entonces esta falta adquiere una mayor gravedad por atentar escandalosamente contra la integridad física y moral de los jóvenes que quedarán así marcados para toda la vida, y por ser una violación de la responsabilidad educativa.
Del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica…
Son pecados gravemente contrarios a la castidad, cada uno según la naturaleza del propio objeto: el adulterio, la masturbación, la fornicación, la pornografía, la prostitución, el estupro y los actos homosexuales. Estos pecados son expresión del vicio de la lujuria. Si se cometen con menores, estos actos son un atentado aún más grave contra su integridad física y moral.
Con que falta de objetividad se comparan hechos tan diferentes. Para nada cuenta la voluntad de las personas. Se les rebaja a la obediencia sin posibilidad de cuestionamiento.
Es lo mismo la masturbación que el estupro, y si dos adultos homosexuales con plena conciencia de sus actos deciden mantener una relación tendrán igual castigo ecuménico que las prostitutas.
Esperamos que en vez de tratar de solapar con estas expresiones estrambóticas lo que es un delito reiterado agravado con la vileza de su ocultamiento.
CREO QUE FUE UN TEMA DESAFORTUNADO PARA TRATAR EN ESTA COLUMNA, PRIMERO PORQUE LA COLUMNA NO TIENE SUFICIENTE ESPACIO PARA ABARCARLO Y SEGUNDO PORQUE HASTA AHORA NO SE HA REVELADO COMO UN PROBLEMA IMPORTANTE EN VENEZUELA, COMO SI SON LOS DEMAS TEMAS QUE HAS TRATADO AQUI. ZAPATERO A SUS ZAPATOS, CAROLINA, HAZ LO QUE SABES HACER Y MUY BIEN. SALUDOS,
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