lunes, 6 de septiembre de 2010

Políticos y pañales

La muerte de Franklin Brito ha destapado otra inmunda olla de las actuaciones -y las no actuaciones- del gobierno. No entiendo qué razón tan poderosa habrá tenido el presidente Chávez para no haber resuelto la situación del productor agropecuario, a sabiendas del costo nacional e internacional que tendría su muerte. Pero es que no sólo fue la displicencia del Presidente. Fueron los diputados de la Asamblea Nacional que lo calificaron de loco, de extorsionador y de cualquier otra barbaridad. Fue el INTI, el TSJ, la Fiscalía, la Defensoría. Fue la Alcaldía del Municipio Sucre del estado Bolívar, donde se encuentra su fundo.


La piel se me puso de gallina cuando leí que la Defensora del Pueblo declaró sentirse "en paz" con respecto al caso de Brito. También cuando supe que la Fiscalía investigará si hubo inducción al suicidio por parte de familiares y amigos, por denuncia de un ciudadano de apellido Aldana. Nada de mea culpa, nada de lamentos. Lo más increíble es que Brito era simpatizante del proceso revolucionario. ¿Qué quedará para más de la mitad del país que lo adversa?

¿Qué puede hacer un ciudadano de a pie que se sienta -con toda razón- abatido por la muerte de Brito? La muerte de Brito ha tenido que sacudir tanto a opositores como a chavistas. Porque fue la crónica de una muerte anunciada. Porque se pudo evitar el fatal desenlace. Porque fue un hombre que llegó hasta dar la vida por sus ideales, cosa que muy pocos han hecho en este país en lo que va de siglo.

Hay que votar. Es necesaria una asamblea plural. Y hay que buscar cambios. Porque, como dijo Bolívar en Angostura: "¡Compadezcámonos mutuamente del pueblo que obedece y del hombre que manda solo!". El segundo se acostumbra a mandar y el primero a obedecer... ciegamente. Y eso le hace daño al país. Ningún funcionario debe permanecer tanto tiempo en un puesto.

Nadie pretende que los venezolanos nos inmolemos como hizo Franklin Brito. Él es un héroe civil, un símbolo de la lucha pacífica. Pero sí podemos y debemos manifestarnos votando.

Hay un dicho que he visto anónimo, pero también adjudicado tanto a Bernard Shaw como a Mark Twain. Es tan genial que podría ser de cualquiera de los dos. Dice así: "los políticos y los pañales deben ser cambiados con frecuencia y por la misma razón". Ese cambio está en nuestras manos.

1 comentario:

  1. Doña Carolina, de nuevo le hacemos llegar un saludo muy cordial de nuestra parte. Ese dicho al cual hace usted referencia es tan cierto que podríamos considerarlo una perogrullada, pero los mediocres nunca querrán dejar el poder porque saben muy bien que su obra destructiva quedaría aún más al descubierto apenas estén fuera de él. Lo que es peor para ellos: pueden ser enjuiciados y condenados por el nefasto resultado de sus acciones. Además, esta situación recuerda aquel viejo dicho que se dice medio en broma y medio en serio: “no faltes para que el jefe no se dé cuenta de que no eres imprescindible.” Pues bien, estos gobernantes de pacotilla pretenden estar siempre en el poder para que no se demuestre tan claramente su incompetencia ante otro que al menos lo haga medianamente mejor. Aunque, en realidad, debemos aspirar a que las mejores personas integren el gobierno... Ya basta de bandas de facinerosos y resentidos sociales escudándose detrás de leyes elaboradas ad hoc a fin de llevar a cabo sus tenebrosos designios... y aprovechándose de los ingentes recursos del país en provecho propio... Además, de continuar en el poder se seguirán “pagándose y dándose los vueltos”. No darán cuenta a nadie de sus actuaciones y sus tropelías seguirán quedando impunes. En cuanto a la muy lamentable muerte de Franklin Brito, este luctuoso hecho ha terminado de demostrar algo que personalmente he sostenido por muchos años, a despecho de que me han deseado innumerables veces por ello la condenación eterna: a los gobernantes actuales no les importa un comino el pueblo sino mantenerse en el poder. A este fin serían capaces hasta de sacrificarnos a todos. No sé como todavía hay gente que cree a pie juntillas en sus mentiras, las cuales harto han sido demostradas por la dramática situación del país en muchos órdenes de la realidad. ¡Pueblo despierta! ¡A dejar de quejarse y a dar a conocer nuestra voluntad de mejorar el país en el voto del próximo 26S! ¡Y recuerda que apoyar al actual gobierno implica hundir cada vez más en la barbarie a nuestra querida nación! Conviene recordar aquí unas palabras que, a pesar ser lapidarias y duras, son atinadas:

    Aquellos que cederían su libertad esencial para comprar una pequeña seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad.

    Benjamin Franklin.

    Que tenga usted, doña Carolina, una feliz semana y que Dios le conceda muchos años de vida; para que continuemos contando con esa estupenda sensibilidad humana y lucidez de que hace gala.

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