lunes, 27 de septiembre de 2010

¿Libertad o comunismo?

Escribo este artículo antes de conocer los resultados de las elecciones de ayer. Hoy sabremos si la mayoría legislativa seguirá impulsando el sistema comunista que desechó la mayoría del país hace dos años, y que de la manera más descarada, abusiva y arbitraria el presidente Chávez y sus acólitos nos han impuesto paso a paso en contra de nuestra voluntad, o si por el contrario, y a pesar de los abusos electorales y leyes anticonstitucionales, se impondrá la libertad. 

Un amigo mío, Rolando Chacón, ha vivido en Alemania por más de tres décadas. Vivió de cerca el "socialismo" cuando viajaba a la República Oriental de Alemania, como turista o por razones de trabajo en las universidades de Dresden o Leipzig. Es patético escuchar sus historias. 

"Alemania Oriental daba pena, por el estado de atraso tecnológico. A quienes veníamos del oeste nos mantenían en constante observación. No nos permitían llevar ningún tipo de prensa, ni siquiera revistas. Nos obligaban a consumir cincuenta marcos alemanes diarios, un monto 1.000 veces superior a lo que ganaba un obrero u operario en esa época. Mi carro era exhaustivamente revisado. Hasta las llantas las desmontaban, para ver si el interior llevaba alguna "mercancía prohibida". Esto significaba un mínimo de tres a cuatro horas de requisa, porque en el socialismo ese es el modus operandi". 

A la vuelta de unos años, Rolando se fue a Berlín a echarle pico y pala al bien llamado "muro de la vergüenza" y se siente orgulloso de haber contribuido con su gesto a derribar un sistema que costó millones de muertes. Hoy se siente devastado al constatar los pasos que Venezuela da en ese sentido. 

Y es que aunque estos días y por causa de la campaña electoral hayan insistido en que "esto" no es comunismo, lo es, ¡claro que lo es! 

¡Qué angustia debe haber pasado la periodista Vanessa Davies cuando recibió la respuesta de Fidel de que el socialismo del siglo XXI no era otra cosa que el comunismo, tal como lo definió Marx! Solo espero que Venezuela no pase a ser el más reciente ejemplo del fracaso del comunismo en el mundo, y que dentro de cincuenta años un decrépito Chávez le declare a un periodista gringo que el comunismo no funcionó. 

Independientemente del resultado de las elecciones, los demócratas de este país seguiremos soñando, trabajando y luchando por un país mejor. 

lunes, 20 de septiembre de 2010

¡Ya basta!

Yo siempre he votado. Y en estas elecciones votaré con mayor convicción democrática que nunca. Aunque la minoría del país elegirá la mayoría de los diputados (necesito que alguien me explique cómo si estamos en democracia, veinte mil personas eligen un diputado en Amazonas, mientras que cuatrocientas mil eligen un diputado en Zulia), entiendo la importancia de estas elecciones, no sólo por la pluralidad deseada y necesaria en una asamblea nacional, sino por el carácter plebiscitario que tienen. El candidato del chavismo es Chávez. Más nadie.

Aunque la oposición saque –como estoy segura de que sacará- la mayoría del voto nacional, el chavismo podría obtener la mayoría por la forma como se rediseñaron los circuitos electorales. Pero esa misma maniobra podría torcérseles si todos vamos a votar sin miedo.

En fin, la mayoría que obtendrán los partidos opositores hablará por sí misma: le dirá a Chávez que el sistema que quiere implantar ni en la misma “isla de la felicidad” ha funcionado. Que no queremos odios, divisiones, manipulaciones, mentiras, trampas. Que las decenas de miles de muertos de estos casi doce años son cifras de partes de guerra que queremos erradicar de una vez y para siempre de este país. Que queremos un presidente que gobierne para todos, no uno que encima de que se cree el emperador, no ve adversarios políticos sino enemigos a quienes exterminar.

Esa mayoría le dirá a Chávez que cree en la propiedad privada. Que es verdad que “lo que es de todos no es de nadie”. Que su fulano socialismo lo que ha hecho es destruir. ¡Qué ironía ver los “corazoncitos” que ahora pululan en todos los afiches del gobierno, que dicen “hecho en socialismo”, cuando lo que deberían es decir “expropiado en socialismo”, “destruido por el socialismo”, “mediocrizado por el socialismo”!

Esa mayoría dirá a gritos que estamos hartos de las solidaridades incondicionales, de la corrupción sin castigo, de los exabruptos legales que intentan maquillar las decisiones inconstitucionales e ilegales, de las cadenas diarias e interminables, de la habladora de tonterías, de las descalificaciones, insultos…


Chávez ha podido pasar a la historia como Mandela. Pero optó por el camino del odio, de la confrontación ciega, de la división. El próximo domingo hay que decirle ¡ya basta!

Vaya a votar.

domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Fitven o Fitnovengas?

No sé cuánto dinero habrá gastado el gobierno en la Feria Internacional de Turismo de Venezuela. En cualquier caso, es dinero botado. Porque Venezuela, a pesar de tener bellezas naturales increíblemente hermosas, no es un país preparado para el turismo. Y es que recibir turistas no es algo que se improvisa. Además de la infraestructura de turismo, hay que tener personal preparado para recibir al turismo y condiciones de seguridad que ofrecerle al turista.

De la primera, definitivamente hay algo. Se ha invertido en hoteles y posadas muy hermosos, en lugares que quitan el aliento de lo bellos que son. Pero dentro de la infraestructura turística hay que tomar en cuenta las vías de comunicación. ¿A qué turista –a menos que venga a hacer turismo de aventura tipo Fun Race- le gusta montarse en un carro en el que el viaje a cualquier parte es una aventura de huecos, fallas de nivel no reparadas, derrumbes y cuanto otro desastre pueda ocurrir?

Segundo, porque el concepto de servicio al público es paupérrimo. Lo poco que se había logrado en ese camino desapareció con el decreto de inamovilidad laboral. Ir a cualquier parte es un tour de force: desde la señora “que hoy no hizo empanadas porque se levantó arrecha” (como me dijeron en Margarita), pasando por las sillas rotas cobradas a precio de butacas reclinables de super lujo en la orilla de cualquier playa, hasta los vendedores en tiendas de lujo que si uno les interrumpe la amena conversación que tienen entre ellos lo miran como si uno fuera un enemigo. No entienden que tomamos vacaciones para romper la rutina, no para seguir en las mismas.

Tercero, el tema de la seguridad para los turistas. Podríase escribir un libro tan grueso como la Biblia de los trajines y matracas aplicados a los turistas (un amigo italiano llegando a Maiquetía pasó por “el bautizo”: un guardia nacional le dijo que si no le daba los euros que traía en efectivo le sembraba droga). Así sin más. Eso sin contar los turistas asaltados, heridos o asesinados. Hace un par de semanas un turista italiano fue asesinado en Margarita por 3 funcionarios policiales. A uno francés lo mataron en un velero en La Guaira. Y un norteamericano fue asaltado en su embarcación, en las cercanías de la isla Borracha, en el Parque Nacional Mochima.
Y encima, la xenofobia que se ha tratado de sembrar en los venezolanos…

No, señores, es irresponsable decirle a los turistas que vengan. Hay que decirles que no vengan. Que hasta que aquí las cosas no cambien, es una locura visitar Venezuela. No es Fitven lo que hay que decirles, sino Fitnovengas…

lunes, 6 de septiembre de 2010

Políticos y pañales

La muerte de Franklin Brito ha destapado otra inmunda olla de las actuaciones -y las no actuaciones- del gobierno. No entiendo qué razón tan poderosa habrá tenido el presidente Chávez para no haber resuelto la situación del productor agropecuario, a sabiendas del costo nacional e internacional que tendría su muerte. Pero es que no sólo fue la displicencia del Presidente. Fueron los diputados de la Asamblea Nacional que lo calificaron de loco, de extorsionador y de cualquier otra barbaridad. Fue el INTI, el TSJ, la Fiscalía, la Defensoría. Fue la Alcaldía del Municipio Sucre del estado Bolívar, donde se encuentra su fundo.


La piel se me puso de gallina cuando leí que la Defensora del Pueblo declaró sentirse "en paz" con respecto al caso de Brito. También cuando supe que la Fiscalía investigará si hubo inducción al suicidio por parte de familiares y amigos, por denuncia de un ciudadano de apellido Aldana. Nada de mea culpa, nada de lamentos. Lo más increíble es que Brito era simpatizante del proceso revolucionario. ¿Qué quedará para más de la mitad del país que lo adversa?

¿Qué puede hacer un ciudadano de a pie que se sienta -con toda razón- abatido por la muerte de Brito? La muerte de Brito ha tenido que sacudir tanto a opositores como a chavistas. Porque fue la crónica de una muerte anunciada. Porque se pudo evitar el fatal desenlace. Porque fue un hombre que llegó hasta dar la vida por sus ideales, cosa que muy pocos han hecho en este país en lo que va de siglo.

Hay que votar. Es necesaria una asamblea plural. Y hay que buscar cambios. Porque, como dijo Bolívar en Angostura: "¡Compadezcámonos mutuamente del pueblo que obedece y del hombre que manda solo!". El segundo se acostumbra a mandar y el primero a obedecer... ciegamente. Y eso le hace daño al país. Ningún funcionario debe permanecer tanto tiempo en un puesto.

Nadie pretende que los venezolanos nos inmolemos como hizo Franklin Brito. Él es un héroe civil, un símbolo de la lucha pacífica. Pero sí podemos y debemos manifestarnos votando.

Hay un dicho que he visto anónimo, pero también adjudicado tanto a Bernard Shaw como a Mark Twain. Es tan genial que podría ser de cualquiera de los dos. Dice así: "los políticos y los pañales deben ser cambiados con frecuencia y por la misma razón". Ese cambio está en nuestras manos.