domingo, 27 de junio de 2010

Los próceres civiles

Mi amigo Pedro Mendoza Goiticoa me dijo hace unos meses que deseaba publicar una colección de biografías de próceres civiles, porque “los grandes hacedores de lo bueno que hay en Venezuela han sido los civiles”. Estuve totalmente de acuerdo con este pensar y además le dije que una de esas biografías tenía que ser la suya.


Hablando de próceres civiles, pienso también en el doctor Jacinto Convit. Convit, a la cabeza del Departamento de Biomedicina del Hospital Vargas, anunció la semana pasada que ha obtenido resultados alentadores en el desarrollo de una vacuna que curaría el cáncer de mama, de colon y de estómago. La vacuna se aplicó a 20 pacientes y 18 obtuvieron resultados positivos.Convit rechazó que lo tildaran de “genio”, agradeció el gesto de postularlo nuevamente al Premio Nobel de Medicina, y confesó que su verdadera satisfacción está en su trabajo diario de curar gente. Un prócer civil en toda la extensión de la palabra.


Casi al mismo tiempo de conocer sobre la vacuna del Dr. Convit, me llegó otra estupenda noticia: el arquitecto Oscar Grauer, egresado de la Universidad Simón Bolívar, con Maestría y Doctorado en Diseño en la Universidad de Harvard, creador y coordinador de la Maestría de Diseño Urbano en la Universidad Metropolitana –según opiniones muy calificadas el mejor postgrado de la Unimet-  fue invitado por el Provost de la Universidadde Harvard para ocupar -a partir de septiembre de este año- la Silla de Profesor Visitante "Robert F. Kennedy" en Estudios Latinoamericanos, cargo que ejercerá en la Graduate School of Design, donde se graduó hace treinta años.


Grauer es el primer venezolano que recibe este honor, del que también han sido objeto figuras de la talla de Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Domingo Cavallo y Antanas Mockus, entre otros. El Dr. Grauer se incorporó este año a la Academia de la Ingeniería y el Hábitat, donde ocupa el sillón II. Dentro de su extensa y exitosísima carrera profesional cabe destacar el proyecto para la Reconstrucción de Vargas que realizó en equipo con David Gouverneur y sus trabajos sobre resolución de conflictos a través del manejo de los espacios públicos. 


La igualación para abajo que intenta el gobierno no se dará mientras haya Mendozas, Convits y Grauers. Hacia allí apuntan nuestras esperanzas.

lunes, 21 de junio de 2010

Resiste, Franklin, ¡resiste!



La primera vez que vi a Franklin Brito fue frente a la OEA hace más de un año. En ese momento eran los jóvenes que estaban en huelga de hambre quienes captaban toda la atención de los medios. Brito estaba con dos personas más en una esquina apartada de las bulliciosas carpas donde estaban los muchachos y me impactó la energía que transmitía a pesar de la debilidad que ya mostraba físicamente. 

Me acerqué, le di la mano y le deseé que su caso se resolviera pronto. Sentí en él una fortaleza arrolladora. La misma fortaleza de los sobrevivientes de campos de concentración, esa que proviene de la convicción moral de que la lucha es auténtica, tan auténtica, que vale la vida misma.

Franklin Brito es el símbolo de la resistencia ante el latrocinio y la cayapa como políticas de gobierno. Y por eso es un quijote. A pesar de que haya funcionarios que lo tilden de loco. A pesar de que le hayan montado grabaciones y videos en los que tratan de descalificarlo. A pesar de que lo hayan secuestrado y en contra de su voluntad sometido a tratamientos que no deseaba. Y es que ofrecer la vida por una causa es algo que sólo hacen personas muy íntegras moralmente y de una solidez espiritual que pocos tienen, como los mártires.

Pero yo no quiero que Franklin Brito se convierta en mártir. Yo quiero que Franklin Brito siga vivo, porque para reconstruir este país necesitamos de muchas personas como él. Por eso te pido, Franklin, que resistas. Te pido que te imagines cómo es la Venezuela que quieres y por la que luchas en un futuro cercano. Porque esta locura, esta podredumbre -literal y figuradamente hablando- esta ignominia no puede durar mucho tiempo más.

Es hora de que en Venezuela se exalten los héroes civiles, ya basta de iconos armados de espadas o fusiles. Queremos paz, no más conflictos. Es la hora de los constructores, no de los destructores. Es el tiempo de buscar coincidencias, no de ahondar en diferencias. Es ya que debemos comenzar a hablar de "nosotros". ¿No somos todos venezolanos, aunque pensemos distinto, aunque tengamos ópticas diferentes y opiniones diversas?...

Por eso, Franklin, ¡resiste! Muerto te recordaríamos como un símbolo, ciertamente, pero los recuerdos no obran milagros. Te necesitamos vivo. Por eso, resiste, Franklin, ¡resiste! 

domingo, 13 de junio de 2010

El discurso de Cariaco

Mi amigo Mario Rodríguez, quien me envió el texto completo que transcribo a continuación, me escribió lo siguiente:


Querida amiga,


El Dr. Manuel Alayeto fue un hombre destacado y entre otros cargos fue director del Ministerio de Energía y Minas de una Venezuela que ya no existe. Muchos, pero muchos respetamos y admiramos el comportamiento ejemplar de este venezolano de padres nacidos en Europa  y que amó a Venezuela con fervor y constancia.


Me permito copiarte a continuación un discurso que él nos contaba y que se había aprendido de memoria de su tiempo por los campos petroleros en el oriente del país...


Para que veas como nuestros políticos de todos los tiempos exageran y las masas los  aplauden y disfrutan de esas arengas llenas de mentiras y exageraciones.

Espero lo disfrutes.

Un saludo afectuoso,

Mario

[CAMPANA_DE_MASAS.jpg]





Asunción Guzmán, frente al público y de espaldas a un descomunal jabillo, expresó lo siguiente:



“Compañeros deportivos: hétenos aquí solemnemente instalados, serena la mirada, seguro el porvenir; aquí en Cariaco, con sus ríos caudalosos, sinuosos, brumosos y hermosos; aquí en Cariaco, con sus techos rojos, su blanca torre, sus azules lomas y sus bandas de tímidas palomas que hacen nublar de lágrimas mis ojos: porque Cariaco no es Casanay, ni Casanay es El Pilar, ni El Pilar es Tunapuy, ni Tunapuy es Pantoño, ni Pantoño es Cariaco, y yo estoy hablando precisamente en Cariaco” (grandes ovaciones).

“Por aquí pasó un tal Jóvito Villalba (silbidos y rechiflas) y se fue, pero no importa, porque como dijo nuestra querida compañera Juana de Arco, en un mitin de Acción Democrática en Tucupita, un amor se va ¡cuantos se han ido! Otro amor volverá más duradero y menos doloroso que el ya ido”.

“Aquí está con nosotros el compañero Severo Cortés, que no es severo ni cortés, pero es valiente. El compañero Severo, antes de la revolución de octubre, no sabía leer ni escribir y hoy pesan sobre sus espaldas cartapacios de libros y plumarios, y es de Correspondencias, Actas y Secretario, 192 de la Independencia y 85 de la Federación del año que sigue y cursa”. (Prolongados aplausos)

“Estamos satisfechos compañeros, por la obra creada desde el poder. En los años que tiene el compañero Betancourt al frente de la Junta Revolucionaria de Gobierno, hemos construido nada menos que la Cordillera de los Andes, la Cordillera de la Costa, el Cabo de Tres Puntas, San Francisco, Malapascua, Punta Cardón, Punta Arena y la Península de Araya. Y si no hemos hecho el acueducto de Margarita, a los adecos nos cabe la honra de haber hecho la isla que no es lo mismo”.

Acuérdense compañeros, del compañero José Francisco Bermúdez, que montado en lo alto de este jabillo y mirando hacia el poniente dijo: “cariaqueños, de lo alto de este jabillo, cien siglos os contemplan”; acuérdense del compañero Simón Bolívar, cuando paseaba en las góndolas llenas de belleza, allá en Venecia, con su prima Fanny; y acuérdense también del compañero Jesucristo, cuando con cinco panes y cinco sardinas le dio de comer a cinco mil personas y eso que no había Junta Reguladora de Abastecimiento”.

“Compañeros, fíjense hasta donde llega el sectarismo de los urredistas, el sectarismo marrón, que una obra como Romeo y Julieta, los urredistas dicen que la escribió un tal “Cheskespiare”, claro, porque el “Cheskespiare” es urredista, pero todos sabemos en el partido que esa obra salió de la pluma vigorosa del compañero Domingo Alberto Rangel”.

“Compañeros…yo lo único que les pido es que voten por Rómulo Gallegos para la presidencia de la república. Gallegos es grande en el pensamiento y en la acción; Gallegos es tan grande, compañeros, que es capaz de echarse encima, él solo, la América del Norte, la del Centro, la del sur, Monagas, Anzoátegui, Nueva Esparta y Trinidad. Y abajo la banca, la industria y el comercio”.

Estruendosos los aplausos, los gritos, silbidos y rechiflas…No se entendieron las últimas palabras.

lunes, 7 de junio de 2010

Cual adolescente enloquecido

La gran mayoría de los adolescentes ve la vida blanca o negra: aman u odian, son los mejores amigos o los peores enemigos, están inmensamente felices o terriblemente desgraciados, no les alcanza el día para la intensidad con que viven la vida y el día se les hace eterno cuando se sienten agobiados. Se muestran dispuestos a ir a una guerra por defender sus ideales con la misma vehemencia con que defienden la paz. Cuando llega la madurez es cuando se dan cuenta de que la vida -como se ha repetido tantas veces- no es ni un extremo ni el otro, sino lo que está en el medio: una gigantesca gama de grises. 

A nadie le extraña que un adolescente actúe de esta manera: sus hormonas están alborotadas, sus cuerpos están sujetos a profundas transformaciones y sus mentes procesan tantísima información que en ocasiones se les hace difícil priorizar, discriminar, decidir. 

Al hacernos adultos, sabemos que no todos los que estaban en "nuestro bando" eran buenos, ni todos quienes pertenecían al "otro bando" eran malos. Que no todos los ricos son malos, ni todos los pobres son buenos. Que quienes piensan distinto a nosotros tienen todo el derecho a hacerlo y eso no los descalifica. Que es perfectamente normal cambiar de opinión. Que no existe tal cosa como una doctrina única. Que los seres humanos por naturaleza somos egoístas y que la solidaridad se aprende y se puede practicar manteniendo la individualidad. 

No es malo que un adolescente actúe como un adolescente. Malo es cuando un adulto bien adulto actúa como un adolescente. Y peor aún cuando el adulto tiene poder. Y resulta pésimo cuando ese adulto es el presidente de un país. Porque un presidente que cree que existe una única verdad -que por supuesto es la suya- cae en las peores arbitrariedades, incurre en las mayores injusticias, comete los más grandes errores. 

Un presidente que cree que todos quienes le rodean son "perfectos", patrocina la corrupción, apadrina la incompetencia, fomenta la ineficiencia. 

Un presidente que no ve la gama de grises se vuelve fanático, dogmático, radical. 

Y un país manejado por un adulto que no creció, va cual adolescente enloquecido por un auto deportivo, a 300 km por hora en medio de la noche, a estrellarse contra un muro al final de una carretera inconclusa.